Por tercera vez, el notable Ordak Dan hizo su propia Revolución de Mayo

A los 8 años, tres más que sus rivales más viejos, el caballo del stud Misterio ganó el Gran Premio 25 de Mayo como si fuera un potrillo, en San Isidro

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Hay historias épicas que se siguen escribiendo un 25 de mayo. Ordak Dan parece haber nacido para eso. Lo suyo también es una revolución, en lo deportivo. Ayer, el caballo ganó por tercera vez el gran premio patrio de San Isidro. Al borde de los 9 años, una edad en la que la mayoría de los pura sangre están lejos de los hipódromos, se reinventa en cada carrera, corre los límites, sube la vara. Es capaz de hacerse dueño de todos los aplausos que estaban reservados para Sixties Song, el campeón sudamericano, que volvía de su exitosa travesía en el Latino de Chile y esta vez quedó tercero, perdiendo acción en la recta tras haber dominado pronto, antes de ingresar al derecho, aunque parecía moverse a voluntad. Don Archi le sacó el segundo lugar en el disco.

Ordak Dan ganó por tres cuerpos y se clasificó para la Breeders’ Cup Turf, que se correrá en noviembre en Del Mar, California. «Me gustaría cambiar algunas cosas respecto del viaje de 2015, que no se haga tan largo», se ilusiona Carly Etchechoury, el entrenador. Habrá que adelantar el traslado porque la cuarentena es inamovible. Y tendrá un lindo problema si ya estuviera de regresoJorge Ricardo, su jockey habitual hasta que sufrió una fractura de fémur. Ayer, Eduardo Ortega Pavón llevó al caballo como si lo conociera de toda la vida. Todos coinciden en la nobleza y el temperamento de un ejemplar al que ya creen «asombroso».

En el horizonte de Ordak Dan vuelve a estar una carrera grande en los Estados Unidos. Para Sixties Song, al que una derrota no lo desprestigia, sigue firme el sueño europeo; irá a Inglaterra en junio. Lo maravilloso es la presencia argentina en el primer mundo hípico.

La fecha incluyó otros dos grandes clásicos, ganados con igual receta: de punta. En el primero de ellos, Samba Inc obtuvo el Gran Premio de Potrancas por siete cuerpos, con Mario Fernández, el jockey que creció en Pigüé, rodeado de sierras, pero hasta los 18 años fue un lateral derecho «que le ponía voluntad» en las inferiores de Deportivo Argentino de Pigüé. Después, cambió la pelota de fútbol por la fusta (que ayer no necesitó), aunque tardó dos décadas en abandonar la tierra en la que nació y donde aprendió a arreglar máquinas de coser y hacer trabajos de mecánica al lado de su padre, Enrique. Mario no pasó por las cuadreras, algo tan típico entre los jinetes, y corrió muy poco antes de egresar de la escuela de aprendices de La Plata, en noviembre de 2008.

Ahora ya va por los 31 años y tiene nueve de experiencia en las pistas, incluyendo dos intentos de radicarse en los Estados Unidos, con siete victorias entre 2015 y 2016. Con Samba Inc logró su primer festejo de Grupo 1 en San Isidro desde su regreso al país, asociado a José Lofiego, uno de los preparadores que más confió en él. Siempre. «Pepe me tuvo en cuenta cuando empecé y también ahora, que andaba corriendo carreras en La Plata para los jockeys que ganan poco. Me sirvieron de vidriera y estos triunfos suman», dice el piloto. El preparador, feliz, recuerda que cuando los dueños de la potranca se la llevaron al stud se encontró con un ejemplar de tanta calidad que le confesó sus elevadas expectativas a Juan Ithuralde, director de La Biznaga, el haras que crió a Samba Inc y es dueño de Rockanrolera Inc, justamente la escolta ayer.

Entre potrillos, Grito de Amor tuvo velocidad y guapeza para conservar el liderazgo toda la prueba, y cruzar medio cuerpo delante de Puerto Real. Ese grito llegó hasta Gualeguay, desde donde su entrenador, Juan Benítez, lloró tal como lo hacían en la tradicional foto los propietarios del ganador del Gran Criterium. Éstos se lo dedicaron al cuidador, «que pasa un difícil momento de salud». El que contenía la emoción era el jockey, Gerónimo García, de 26 años, que no pudo ir a trabajar al caballo a Entre Ríos pero al que igual le respetaron la monta. Todo un gesto con alguien que corre poco y esperó casi cinco años para levantar su primer trofeo de Grupo 1. Ellos también escribieron ayer su historia.

Tres éxitos, tres jockeys

Ortega Pavón miró videos y repitió la estrategia

Sonreía el jinete el lunes pasado, tras el último ejercicio de Ordak Dan, y contestó: «Está 11 puntos», sin haberlo desmontado, cuando le preguntaron cómo lo notó, de 1 a 10. Ayer, Ortega recordó con una sonrisa mucho más grande y una mirada pícara esa anécdota con un cronometrista, en la conferencia de prensa. «Estaba en su mejor momento; lo sentía así. Yo había visto los videos de cuando ganó este gran premio con (Pablo) Carrizo y con (Jorge) Ricardo. Los miré diez mil veces, y traté de hacer lo mismo: traerlo cerca y acelerar en la recta final. Todo salió muy bien», agregó. El caballo del stud Misterio lleva ocho primeros puestos en 28 carreras.

Fuente La Nación

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