Votaron para renombrar al parque “Campaña del Desierto” y ganó “Julio Argentino Roca”

A la espera de lo que el jurado decida. O lo que dictamine el VAR. Así quedó, en stand by, la propuesta lanzada por el municipio de Bahía Blanca para relanzar un espacio verde que ocupa un sitio privilegiado de la ciudad.

parque

Ubicado en uno de los ingresos más nuevos a la ciudad y en una zona elevada, al espacio público de unas 74 hectáreas buscan darle otro perfil. Junto a una reforestación con más de una decena de plantas nativas, la idea es que sea libre de humo y de residuos, en un contexto de desarrollo sustentable.

Sin embargo, esta propuesta central quedó opacada por otra iniciativa lanzada en forma paralela para cambiarle el nombre. Al cabo de las dos primeras semanas de votación, la compulsa reabrió una añeja discusión histórica y arrojó un resultado inesperado: el triunfo de Julio Argentino Roca.

Como ministro de Guerra fue uno de los principales impulsores de la Campaña del Desierto que permitió expandir las fronteras del país hacia la Patagonia. Con ese proceso, la llegada del tren a fines del siglo 19 y el puerto, Bahía Blanca, nacida en 1828 como Fortaleza Protectora Argentina, en tiempos de Juan Manuel de Rosas, se fue forjando como una ciudad pujante del sur.

Para más sorpresa, en segundo lugar, los votantes, que debían registrarse en una plataforma para opinar, eligieron mantener el nombre original, resistido por las comunidades aborígenes que habitaban originariamente la región pampeana. Tanto a la Campaña, como a Roca, los identifican con el despojo de sus tierras y el genocidio de sus ancestros.

Si bien la votación era abierta y no tenía propuestas pre definidas, establecía algunas limitaciones en la elección. Por ejemplo, no podían postularse denominaciones con “connotaciones político partidarias, religiosas, sectoriales o que excluyan a sectores de la sociedad”, según fijó la ordenanza.

Tampoco denominaciones «con referencias a expresiones xenófobas, racistas, machistas o discriminatorias, contrarias a los valores democráticos, a la paz y los derechos humanos». O que signifiquen «una reivindicación de hechos violentos o una ofensa a cualquier persona o grupo de personas».

Estas reglas no pudieron evitar reabrir una discusión que está latente, divide a los historiadores y revive cada 19 de Mayo en Bahía Blanca, donde hay una calle con ese nombre. El calendario oficial recuerda en esa fecha el último malón indígena que atravesó la ciudad en 1859 ordenado por el cacique Cafulcurá y repelido por las fuerzas militares que la conducían.

Para el revisionismo, se trató de una masacre. Pone el foco en el origen del ataque, que habría partido del desconocimiento de los acuerdos de paz firmados por los responsables de la Fortaleza y en el final, la quema de los cadáveres de la tropa originaria en lo que es hoy la plaza Rivadavia, pleno centro bahiense.

En tercer lugar quedó el nombre de Raúl Alfonsín, que apareció en los últimos días de la compulsa. Muchos identificaron esa propuesta in extremis con una intención de revertir la tendencia que, defendida por historiadores y fervientes nacionalistas y al calor de las redes sociales, se iba ya consolidando irreversiblemente a favor de Roca.

Bastante más atrás y con muchos menos votos, quedó la propuesta Barranca de los Loros. El nombre se identifica con uno de los objetivos del relanzamiento del parque, que busca garantizar el hábitat natural a esa y otras aves que pueblan la zona.

Superó al tándem médico regional formado por César Milstein y Raúl Favaloro. Mientras el Premio Nobel de Medicina 1985 nació y estudió en Bahía Blanca, el reconocido cardiólogo se consolidó como médico rural en Jacinto Aráuz, una población ubicada a 125 kilómetros, en La Pampa.

Detrás de las monomarcas Libertad y Parque del Mirador, asociado con la altura del lugar que permite una visión panorámica del pozo en el que está la ciudad, cerraron la lista dos nombres en lengua originaria. Güenaken y Huecuvu Mapu, este último, término con el que los primeros habitantes nombraban a la planicie ubicada entre las sierras y el mar. Significa “tierra del Diablo” o “tierra maldita”.

Al cabo de la primera parte de la votación, que culminó el 12 de julio, un jurado, integrado por funcionarios municipales y concejales, debía tomar nota de los resultados y habilitar, según los términos de la ordenanza, un segundo tramo de la compulsa.

Este debía extenderse, entre el 13 y este domingo con solo 5 nombres, pero la votación no se habilitó. Este lunes, se anunció que el proyecto volverá al Concejo Deliberante, donde había sido aprobado solo por el oficialismo de Juntos por el Cambio. “Es para que se revean algunas cuestiones antes de seguir avanzando” argumentó el concejal oficialista Marcos Streitenberger.

Un concejal del Frente de Todos, se bajó a último momento de la integración del jurado. Esa bancada opositora también propone cambiar el nombre de Campaña del Desierto, pero no está de acuerdo con la metodología de la votación, a través de una plataforma y acotada en el tiempo.

“El espíritu de esta iniciativa es positivo, novedoso y democrático, contando con la participación de los vecinos en un tema tan importante como es la designación del nombre de un nuevo parque” defendió la idea Streitenberger.

Tras la polémica, ahora la pelota volverá al Concejo Deliberante y el desarrollo del proceso deberá esperar. Como en los partidos de fútbol, que se detienen hasta que resuelva el VAR. Video Asisstant Referee, en inglés, asistente del réferi por video, en castellano y como Vetar A Roca,  según parece indicar la polémica bahiense.

Fuente: Clarín

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