Terapista Ocupacional: una profesión un tanto desconocida y con creciente demanda

Si bien es relativamente nueva y en general se desconoce la finalidad que tiene, la demanda es creciente. En nuestra ciudad hay unas 10 terapistas ocupacionales que trabajan en la recuperación de funciones cotidianas de un amplio espectro de pacientes.

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Fue la epidemia de poliomielitis en 1956 que propició la llegada a nuestro país de una profesión que estudia e instrumenta las ocupaciones humanas, aunque mucho se desconoce sobre la actividad.

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Entre las profesiones de la salud con más crecimiento de los últimos años, el próximo jueves 10 se celebrará en toda la Argentina el Día del Terapista Ocupacional. “Hace 15 años éramos cuatro y hoy ya somos 10 en Gualeguay”, revela sobre el inicio Miguelina Abrahan, al tiempo que da cuenta que “el ámbito de incumbencia es amplio, podemos trabajar en estimulación temprana, en escuelas especiales, en escuelas comunes, en consultorios privados, en centros de rehabilitación neurológica y traumatológica”.
La terapista ocupacional agrega luego que “nuestra mirada principal son las actividades de la vida diaria, las ABVD, que son las Actividades Básicas de la Vida Diaria, como bañarnos, vestirnos, comer, trasladarnos de un lugar a otro, bien lo cotidiano. También en lo laboral, la productividad, y lo escolar en un niño, el descanso y las actividades de tiempo libre, las recreativas”.
“A nosotras llega un paciente cuando está funcionalmente afectado y no puede vestirse, no puede ir al trabajo porque tuvo una lesión neurológica o traumatológica, una discapacidad crónica o aguda. Las razones son múltiples, con diagnósticos específicos o alguna lesión del momento”, precisa.

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-¿Es mucha la demanda?
-Muchísima, porque lamentablemente todo lo que son las patologías relacionadas con el Alzheimer y las demencias han crecido a nivel mundial. También han crecido un montón todo lo que son TEA, es decir Trastornos del Espectro Autista, o TGD (Trastornos Generalizados del Desarrollo), entonces desde la Terapia Ocupacional hay un abordaje específico que es la integración sensorial.
En tal sentido, Abrahan señala que “se trabaja con todo lo que tiene que ver con los sentidos que conocemos, vista, oído, olfato, tacto y audición, y a esto se suma lo propioceptivo, que tiene que ver más con el movimiento, el equilibrio, todo lo que sentimos en el cuerpo, entonces trabajamos mucho desde ese enfoque y la verdad es que es algo que está siendo muy tomado en las terapias y muy solicitado”.
Para explicar el abordaje, la especialista ejemplifica: “Llega un paciente con ACV que tiene la mitad del cuerpo paralizada y entonces tiene dificultad con su miembro superior, con su brazo, para vestirse solo, para comer solo, para bañarse solo, porque son todas actividades para las que necesitamos las dos manos. En los primeros días después de un ACV hay pacientes que no pueden sentarse ni levantarse de la silla solos, muchas veces requieren de sillas de ruedas al principio, entonces lo que hacemos es trabajar en consultorio el cómo sigo, que sería cómo entrenarnos para la independencia funcional”.

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“Entonces —continúa— se trabaja el miembro superior, las fuerzas, la movilidad, la motricidad fina. Trabajar que se saque una campera, que se ponga una campera, que dé vuelta una prenda de vestir, todo incorporando ese brazo que fue afectado por el ACV. Muchas veces somos las que ponemos los límites a la familia, porque suelen hacerle todo y nosotras les decimos no, para que lo haga solo, para que ponga el cuerpo y tenga independencia funcional, independencia cotidiana. Para esto trabajamos en conjunto con kinesiólogos, fonoaudiólogos, nutricionistas, psicopedagogos, las otras especialidades que el paciente requiera, pero nuestra mirada es en lo cotidiano”.

A mi juego me llamaron
La especialista, que trabaja en la Escuela de Educación Especial N° 12 Horizontes de Larroque y en Estimulación Temprana en el CIC, aprovechó los días de cuarentena para echar a rodar un proyecto que venía pensando desde hace tiempo. “En cada ámbito laboral en que ejercía veía la necesidad de ciertos productos, juguetes y juegos de mesa adaptados para la persona que tenía enfrente, ya sea paciente, alumno o grupo comunitario, porque también trabajé en los barrios. Entonces elaboraba algo y dejaba en cada lugar un juguete adaptado, un juego o algún elemento, como puede ser un vaso, un cepillo de dientes, un tenedor, diferentes cosas de bajo costo que se pueden adaptar”.
“Así fue que decidí diseñar y pensar en productos que sean accesibles a todos, porque la verdad es que la mayoría de los productos que vienen son importados y tienen costos inaccesibles, por lo que sugería un chaleco con peso o una manta con peso y son carísimos”, relata.
A mi juego me llamaron es la propuesta que “nació ahora en pandemia, poniéndole un poco de creatividad a estas épocas” y que inició con la ayuda de su compañero Juan Pablo y su hija Valentina. “Ya tenemos 10 productos que van desde cero en edad, porque es una alfombra mágica para bebés que requieran o no estimulación temprana, y para adultos, aquellos que están con algún tipo de enfermedad neurológica, ya sea demencia o cualquier patología que esté afectando sus funciones mentales superiores, memoria, atención, concentración, entonces pensar en juegos adaptados para ellos”.
“Cubrir estas necesidades en nuestra población con productos accesibles y adaptados a medida, porque muchos necesitan ser a medida del paciente, esa es la idea”, reseña Miguelina que invita a visitar “A mi juego me llamaron” en Facebook e Instagram. “Ahí nos pueden ubicar y ver cada producto, que tiene la descripción de lo que se trata, de cómo está realizado, con qué material y las medidas”.

Bien organizados
Al cierre, Abrahan destaca que “En Entre Ríos tenemos la suerte de tener el segundo Colegio a nivel nacional. En el año ’90 empezamos los primeros graduados en Argentina, por eso se dice que es una carrera nueva, pero la verdad que en Entre Ríos a nivel Colegio hemos sido precursores, primero teniendo la Asociación Entrerriana de T.O., que se creó en 1992, y después ya llegó el Colegio, que nuclea a todos los profesionales que ejercen en la provincia y que fue el que elaboró el primer Código de Ética Profesional en la Argentina”.
“El Colegio hace mucho por las terapistas ocupacionales y logra un montón de beneficios, como ofrecer bolsas de trabajo, la matrícula, sortear becas para seguir capacitándonos. Debo nombrarlos y felicitarlos al acercarse nuestro día, porque a nivel Entre Ríos estamos muy bien organizados por el Co.T.O.E.R.”, finaliza.

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