Si hay acuerdo con el FMI, las auditorías serán permanentes hasta 2020

Nicolás Dujovne y Christine Lagarde iniciaron oficialmente negociaciones por un stand by. Si se concreta, el país deberá abrirse a revisiones trimestrales para liberar desembolsos. Se especula con mayores ajustes fiscales desde 2019.o_1526027864

Nicolás Dujovne y Christine Lagarde acordaron ayer oficialmente que Argentina y el Fondo Monetario Internacional comenzar a negociar en Washington desde la próxima semana un acuerdo stand by.

 

El ministro de Hacienda y la Directora Gerente del FMI lo anunciaron después de una reunión de 40 minutos en la sede del organismo. Luego, al unísono, ambos presentaron en sociedad dos comunicados firmados por separado, donde se especifica el inicio de las negociaciones y, en el caso de la anfitriona, el «apoyo» a las reformas iniciadas por el gobierno de Mauricio Macri y la «disposición» del Fondo para «seguir ayudando al gobierno». Dijo además que la intención común es «llegar a una conclusión rápida de estas conversaciones».

Los tiempos de las negociaciones seguirán así en Estados Unidos con la llegada de los enviados del Gobierno de Mauricio Macri, encabezados por Dujovne, que se enfrentarán al examen más duro de esta primera etapa: discutir con el staff técnico del FMI los compromisos de metas que el país firmará para acceder al primer desembolso del organismo. Si bien tanto Dujovne como Lagarde se cuidaron de no hablar de dinero, el crédito que se discutirá rondaría, en principio, los u$s20.000 o 22.000 millones en total; con un disponible de entre u$s5.000 y 9.000 millones para este año. , publica el diario Ámbito Financiero.

La estrategia general planteada desde ayer es la siguiente:

Una vez firmado el acuerdo, Argentina recibiría un primer desembolso importante de dinero, que podría rondar los u$s5.000 millones para un acuerdo global de u$s22.000 millones. Si, como espera el Gobierno, las negociaciones terminen a fin de junio o comienzo de julio, la firma del stand by se concretaría en la segunda semana de julio y ese dinero ingresaría casi automáticamente. Para la segunda quincena de julio los fondos estarían ya activos y podrían contabilizarse dentro del número de Reservas del Banco Central. Y obviamente utilizarse. Incluso para paliar corridas cambiarias. Igualmente, la idea del Gobierno es otra: que ese dinero sirva para cubrir los compromisos financieros del segundo semestre y ayuden a limpiar las dudas para los compromisos del resto del año. Al menos en parte.

Un acuerdo del tipo stand by tradicional, incluye desembolsos trimestrales posteriores a revisiones de cumplimiento por parte del staff técnico del FMI. En este punto, no interviene la pata política del organismo (Lagarde) y será el momento en que el país estará librado a la comprensión de los integrantes de la misión que el Fondo designe. Los integrantes del staff evaluarán si el Gobierno de Mauricio Macri cumplió con los compromisos pactados y, de no ser así, qué tan profundas son las desviaciones. Acá comenzarán a jugar los resultados fiscales, la inflación y la evolución de las reservas y el tipo de cambio; entre otras variables.

 

Si es acuerdo comenzara a ejecutarse a fines de julio, la revisión se implementaría a fines de septiembre y el segundo eventual desembolso se liberaría a comienzos de octubre. Sería de un tramo similar o menor a los u$s5.000 millones y serviría para completar el cronograma financieros del 2018 y empezar a diseñar el del 2019. A esta altura, ya comenzaría a aparecer la pregunta más temeraria de todas: ¿qué sucedería si Argentina no cumple, por mucho, las pautas acordadas con el FMI ya a fin de este año? Lo cierto es que hasta este punto, el Gobierno dependerá de sí mismo y de la ejecución de las medidas comprometidas, y no deberá recurrir al Congreso para cumplir lo acordado con el Fondo.

 

Suponiendo (todo debería apuntar a que suceda) que Argentina cumple con la primer inspección del FMI y se libera el segundo tramo del préstamo, llegará en el último trimestre del año el momento más difícil del stand by.

El Gobierno deberá presentar el proyecto de ley de presupuesto para el 2019, con las pautas fiscales y financieras que se hayan comprometido ante el FMI. Esto incluirá los permisos de endeudamiento para el próximo ejercicio, donde deberán sumarse los tramos del 2019 del stand by. Pero, si Argentina no lograra cumplir con las metas cerradas con el FMI, probablemente el organismo comience a presionar con la ejecución de leyes y medidas fiscales para que en el 2019 las variables comprometidas se cumplan. No se puede aventurar hoy el contenido de esas leyes, pero se puede prever que el panorama previsional y laboral estará en el menú.

 

No habría cambios en los presupuestos ejecutados dentro de los planes sociales. Es una de las nuevas caras del FMI desde que Christine Lagarde llegó al organismo. Esto implica, en la Argentina, que los beneficiarios de las AUH, los planes trabajar y los subsidios a servicios públicos para sectores vulnerables no serían afectados.

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