La devaluación de las últimas semanas, sumado al repunte de las cotizaciones, generaron mayor expectativas a los sojeros
La devaluación del peso y un repunte de las cotizaciones locales, registradas desde principios de julio, hicieron que la soja en poder de los productores y la que se vendió bajo la condición a fijar se valorizara en casi $ 15.000 millones.
Eso porque de la cosecha 2016/17, estimada de manera oficial en 55 millones de toneladas, a fin de julio existían 35,3 millones de toneladas sin precio. Ese volumen incluye 27,24 millones de toneladas que no entraron en el circuito comercial (que están en acopios o en silobolsas) y algo más de 8 millones de toneladas que fueron vendidas pero que todavía están pendientes de fijar el valor.
La cantidad de oleaginosa con precio abierto se ubica en esta campaña en niveles pocas veces visto. De las 30,2 millones de toneladas comercializadas a fines de julio, el 27% fue en condición a fijar. El año pasado ese porcentaje llegaba al 18%, y en las últimas cinco campañas rondaba entre el 10% y el 15%.
Entre principios de julio y el pasado viernes 4, el dólar subió 6,3% al pasar de $ 16,53 a $ 17,57 por unidad, al tomar la punta compradora del Banco Nación (con el que se liquidan las operaciones).
En ese mismo período, la soja disponible según la Cámara Arbitral de Rosario (pizarra o estimativo) ganó 2,2% al pasar de u$s 239,5 a u$s 244,75 por tonelada. En esa mejora influyó el tipo de cambio, la necesidad de los traders por asegurarse mercadería; y en el medio el llamado mercado «climático» de Chicago (en julio y agosto aparece fuerte la volatilidad en esa plaza a partir de cuestiones climáticas que impactan en el crecimiento de la soja en EE.UU).
Así la oleginosa que se cosechó pero que aún sigue sin precio, vale $ 14.826 millones más que hace un mes. Por tonelada, la mejora llega a $ 430 en el mismo lapso.
Si bien el monto por tonelada no aparece como demasiado atractivo, en términos financieros, arroja «una tasa directa de 10,8% desde inicios de julio hasta el viernes pasado», comentó a El Cronista Eugenio Irazuegui, analista de Mercados del área de Research de la corredora de granos Zeni.
El analista admitió que «eso es muchísimo más» de lo que rindió tener saldos en cajas de ahorro, plazo fijo o Lebac, el analista enfatizó que «es una situación atípica, principalmente por el impulso del tipo de cambio» en el mercado doméstico.
Si bien el retraso en la comercialización de la cosecha sojera se achicó a 4% o poco más de 1,3 millones de toneladas contra el año pasado, la estrategia que encararon en este 2017 los productores (retener hasta que llegue el “precio esperado” y/o acordar venta pero a fijar a futuro) puso en apuros en varias oportunidades a los habituales compradores.
La retención por parte de los productores no es una estrategia nueva, ni siquiera es solo de Argentina. En Brasil, con la cosecha récord de 113 millones de toneladas y el real fortalecido ante el dólar, los sojeros también comenzaron a demorar la comercialización de su campaña y aprovechar el momento justo para vender: una mejora en el tipo de cambio y que los precios de la oleaginosa, tras tocar mínimos como los del 22 de junio, repuntaran.
A nivel local, además de la incertidumbre electoral, pesan las perspectivas, explican los analistas.
Por un lado, existe la expectativa de que la depreciación del peso se siga acentuando. En ese sentido, en el Mercado a Término de Rosario (Rofex), el dólar diciembre cerró ayer a $ 19,39; la posición marzo operó en $ 19,96 y el futuro a mayo próximo lo hizo en $ 20,86.
El otro elemento que explica el volumen de soja sin precio para esta época del año está dado por la anunciada rebaja de las retenciones que tributa el complejo oleaginoso.
De acuerdo con el compromiso del Gobierno, y de una resolución publicada a principios de año en el Boletín Oficial, los derechos de exportación bajarán desde enero próximo 0,5% mensual. Para cuando comience a ingresar la próxima cosecha al circuito comercial, en mayo, la oleaginosa estaría pagando 27,5% de retenciones (contra el 35% actual).
Esa situación generó en los últimos días que la posición de soja mayo’18 empezó a operar u$s 1,5 dólar por tonelada por encima de la posición noviembre’17, cuando lo habitual era que operara invertido.
Así la expectativa por la quita de retenciones (lo que desde fines de 2015 permitió el boom de la producción y exportación de trigo y maíz) impulsa los valores de la cosecha futura. En años anteriores, a principios de agosto, esa posición a cosecha solía cotizar con descuentos de entre u$s 20 y u$s 30 por tonelada sobre la posición noviembre, remarcaron desde Zeni.
Fuente: El Cronista