Entre cuatro y siete años de cárcel para quienes robaron avioneta en Victoria

De los siete sujetos que participaron del hecho, desde el ideólogo hasta el colaborador, tres llegaron a juicio, mientras que dos están prófugos y otros dos muertos en circunstancias violentas. Una trama de ladrones, narcos y venganzas personales, fue el trasfondo del asalto en el aeródromo de la ciudad de Victoria y el robo de un Cessna 182.o_1492105943

De los siete sujetos que participaron del hecho, desde el ideólogo hasta el colaborador, tres llegaron a juicio, mientras que dos están prófugos y otros dos muertos en circunstancias violentas. Ayer el Tribunal de Juicio de Gualeguay condenó a los tres imputados al avalar la hipótesis de la Fiscalía, basada en una gran cantidad de pruebas reunidas por la División Robos y Hurtos de la Policía.

 

El rosarino Mario Crocco fue condenado a seis años de prisión, el misionero Héctor De Lima a siete, y el argentino-paraguayo Darío Concepción Roas, a cuatro años y tres meses de cárcel. Los dos primeros sostuvieron su inocencia, en tanto que el último, un peso pesado del narcotráfico tanto en Argentina como en Paraguay, había firmado un juicio abreviado.

 

El 21 de febrero de 2017 un grupo de hombres armados llegó al lugar y redujeron al piloto del avión y al sereno. El día antes habían contratado el servicio de paracaidismo con el falso argumento de lanzar a un amigo en una despedida de soltero. Unos se robaron el vehículo de las víctimas, rosarinos de apellido Aresca, y cuatro se subieron a la avioneta y huyeron por aire. La misma apareció en los Esteros del Iberá, en Corrientes, accidentada, unos 40 días después.

 

Luego de una compleja investigación, detuvieron a los mencionados imputados en distintas circunstancias, mientras que el exsocio de los Aresca, también rosarino, Gabriel Quirós, principal sospechoso de aportar información a los delincuentes, se suicidó. Los demás fueron identificados, pero uno fue acribillado en Paraguay (Bernardino González) y dos están prófugos.

 

El juicio se desarrolló la semana pasada, donde el fiscal de Victoria Eduardo Guaita pidió la pena de siete años de prisión para De Lima, y seis años para Crocco.

 

El primero había participado del asalto y la sustracción de la avioneta, en tanto que el segundo fue cómplice de los atracadores. Por su parte, Roas confesó y acordó en un abreviado los cuatro años y tres meses. El Tribunal presidido por Roberto Cadenas, e integrado por los vocales María Angélica Pivas y Darío Crespo, condenó a los primeros dos a las penas pedidas por la Fiscalía, y homologó el acuerdo de Roas.

 

Hubo casi una veintena de testigos durante el debate. Entre ellos el jefe de Robos y Hurtos (Dirección Investigaciones) Carlos Schmunk.

En diálogo con diario Uno, el comisario recordó. «Empezamos a trabajar a raíz de un rastro de Crocco en el auto de las víctimas y corroboramos su vínculo de amistad con Gabriel Quirós. Empezamos a seguir esa línea con escuchas telefónicas. En ese lapso de tiempo me avisan de Corrientes que se había caído una avioneta en los Esteros del Iberá, el fiscal me da un oficio y vamos una comisión, donde corroboramos que se trataba del avión robado. Un guardaparque nos pasó los datos de las personas que fueron rescatadas a dos kilómetros de donde estaba la avioneta, estuvieron seis días para hacer ese trayecto. Fueron mordidos y picados por alimañas y bichos, y se comieron la cola de un yacaré. Pudimos establecer quiénes eran: Daniel Sánchez Bareiro es un paraguayo, piloto profesional de aviones Cessna, De Lima tenía antecedentes de hechos graves, al igual que Bernardino González y Valentín Ramírez. Estábamos seguros de que eran esas personas. Se hizo una rueda de reconocimiento fotográfica y se dispuso la detención».

 

Luego, en la pesquisa ubicaron a uno de los pesos pesados de la banda: «Se siguieron las escuchas y obtenemos llamados de De Lima, cuando se estrellaron, con un número de Buenos Aires. Se trataba de una persona de doble nacionalidad paraguaya-argentina, Darío Roas, y en una galería fotográfica lo reconocen los Aresca como el que contrata el servicio».

 

El hombre de 35 años vivía en Villa Martelli, provincia de Buenos Aires, donde había comprado una manzana entera y construyó viviendas para familias paraguayas.

 

«Allanamos y no lo encontramos, pero había 25 celulares, una camioneta ploteada del Correo Argentino que era usada para el transporte de droga, y en los teléfonos que se peritaron estaba el que fue utilizado para contratar el servicio de la avioneta. Ahí se da la detención y se dicta la captura internacional», remarcó Schmunk.

 

Roas cayó poco después en Misiones, tras un procedimiento de la Aduana en el puente Posadas-Encarnación, que secuestró seis kilos de cocaína en su camioneta conducida por un amigo suyo.

 

«En Paraguay me confirman que lo tenían localizado a Bernardino González y a los pocos días apareció acribillado. Un tiempo antes se había suicidado Quirós», recordó el comisario, y detalló que durante la investigación «se hicieron allanamientos en Paraguay, Misiones y Rosario».

 

Otra evidencia importante fue que «el día antes al hecho, la línea de celular de De Lima impactó en una antena de Rosario, el día del hecho en Bovril, y después en los Esteros del Iberá, es decir en el trayecto que hace la avioneta para llegar a Paraguay. Lo seguíamos por Facebook y siempre publicaba fotos con armas y plata», dijo el jefe de Robos y Hurtos.

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