El músico Juan Pablo Francisconi tocó en el Teatro Colón

 

Es la primera vez que un artista de Gualeguay llega al Colón sin integrar una agrupación musical. Ocurrió el pasado lunes en el marco del espectáculo homenaje a la escritora, compositora y artista María Elena Walsh.  Juampi Francisconi no para de crear, de crecer y de llenarnos de orgullo.Juampi

Algunos hijos de Gualeguay han subido al escenario del Teatro Colón, pero siempre lo han hecho como integrantes de agrupaciones musicales. Es el caso, por ejemplo, de Martín Larraburu, quien en 2003 estuvo allí como integrante de la Orquesta Sinfónica de Entre Ríos.

Sin embargo, como músico solista invitado para una gala en el teatro más importante de nuestro país es la primera vez que ocurre y Juan Pablo Francisconi –Juampi, como le gusta que lo llamen- fue el que dejó ese hito en nuestra historia local.

Llegó allí por invitación del director musical de “Varieté Walsh”, Matías Chapiro, y el lunes subió a ese escenario para deleitar con su percusión. Tras el evento, nos cuenta sobre esa vivencia y su actividad artística actual.

 -Llegar al Colón para un músico es un logro trascendente ¿Cómo se dio esta oportunidad?

-Tocar en el Colón no estaba en mis planes. En general, me muevo en otros ámbitos. Ahora bien, he trabajado muchas veces en otros conciertos con Matías Chapiro, director musical de la obra “Varieté Walsh” y él fue quien me convocó para ser parte de este homenaje dirigido por Valeria Ambrosio y producido por Lino Patalano. Sin dudar un segundo acepté esta hermosa propuesta de tocar en el Teatro Colón, en el Homenaje a María Elena Walsh, con un elenco increíble, integrado por Imanol Arias en poesías, Diego Peretti y Florencia Torrente como maestros de ceremonia y los cantantes Elena Roger, Palito Ortega, Mariano Chiesa y Marilina Ross”.

“Además hubo 12 músicos en escena y ocho coristas y bailarines. El vestuario fue de Renata Schussheim y la coreografía de Elizabeth de Chapeaurouge”, agrega el músico.Saludo Final

 -¿Qué sensaciones tuviste en ese lugar emblemático?

-Fue una hermosa jornada de trabajo y disfruté desde el primer minuto en que llegué al Colón. El teatro es un lugar impactante a nivel arquitectónico, visual y sonoro. Todos estábamos muy emocionados, pero a su vez concentrados en que la obra aconteciera tal como lo previsto. Sin dudas, fue una experiencia verdaderamente única y de las más importantes que me tocó vivir.

 

Su carrera

 -Prolífica labor la tuya. ¿Qué proyectos estás desarrollando por estos días?

-En la actualidad estoy en varios proyectos musicales interesantes. Sin dudas, La Bomba de Tiempo es mi actividad más estable. Además de tocar todos los lunes en Capital Federal, también realizamos giras por el interior del país. En este 2018 fuimos a Chile e iremos nuevamente en breve y también estaremos en el Cosquin Rock, que este año llega por primera vez a Montevideo, Uruguay. En marzo de 2019 nos vamos de gira a Europa.

“También estoy tocando en la banda de la cantante puertorriqueña Mimi Maura y su esposo Sergio Rotman, saxofonista  y compositor de Los Cadillacs. Además trabajo en la Orquesta de Música Popular de La Universidad de Buenos Aires y soy parte del proyecto de música electrónica llamado Nación Ekeko, junto a Diego Pérez del grupo Tonolec, y grabo discos como sesionista, acompañando diferentes artistas. Entrar a un estudio para registrar música es algo que me gusta muchísimo. La semana pasada, por ejemplo, grabé en el último disco de Kevin Johansen.

 -Repasemos tu vida profesional ¿Cómo nació en vos el percusionista? ¿Tuvo algo que ver Gualeguay?

-Creo que todo lo que hago, de alguna u otra manera, tiene que ver con Gualeguay. Sin dudas, en esencia uno es el niño adolescente que se crió en el pueblo. Luego, las experiencias posteriores nos permiten construir y desarrollar otras capas y aptitudes, pero el cimiento es básicamente el mismo.

 -Pregunta recurrente para los artistas ¿Se puede vivir de esto? ¿Cuesta mucho?

-Es verdaderamente complejo vivir del arte en cualquiera de sus expresiones, tanto en Argentina como en cualquier otra parte del mundo. De todas maneras, soy de los que piensa que no hay cosas imposibles. Energía, dedicación, creatividad, osadía y, por sobre todas las cosas, mucho amor son los condimentos esenciales para transitar lo que uno elige como medio de vida.

 -¿Venís seguido a Gualeguay? ¿Tenés algún proyecto que incluya nuestra ciudad?

-Me encanta venir a Guale, tengo familia y muchos amigos. Además, a pedido de la secretaria de Cultura de la Provincia, estoy armando un proyecto para recorrer nuestras ciudades entrerrianas realizando talleres de música, creatividad e inclusión en estos meses venideros. Por lo tanto, antes de fin de año estaré seguramente realizando esta actividad aquí.

 

 

Sobre el espectáculo

“Varieté Walsh, Irrevente María Elena” fue dirigido por Valeria Ambrosio. Numerosos artistas rindieron tributo en el Teatro Colón a la cantautora, poetisa, compositora y escritora, en el marco del ciclo La Nación Cultura. Fue pensado como un collage de canciones, poemas y textos, en el que oficiaron de maestros de ceremonias los actores Diego Peretti y Florencia Torrente.

El homenaje combinó himnos del repertorio de Walsh para niños y para adultos, aunque no fue en formato de concierto, sino de musical o tertulia poética. La directora apeló al mecanismo del musical, la cita constante y material de archivo, aportado por su último gran amor, la fotógrafa Sara Facio. Por su parte, el pianista y arreglador musical Matías Chapiro optó por una serie de popurrís musicales con los motivos melódicos o los estribillos de las canciones más populares, reuniendo, por ejemplo, en un mismo cuadro musical dos hits como “Manuelita, la tortuga” y “El reino del revés”, que fueron cantadas por todo el público que llenó el Teatro Colón.

El espectáculo tuvo varias sorpresas, como la aparición de Imanol Arias y Marilina Ross recitando los poemas de María Elena. Elena Roger se llevó las mejores ovaciones de la noche con su versión de “Los ejecutivos”, un tema que se convirtió en un emblema del espectáculo “Juguemos en el mundo de María Elena Walsh” en 1968.

El espectáculo en el Colón, impulsado por LN Cultura y producido artísticamente por Lino Patalano, no parece haber respondido a la casualidad, sino a un acto de reivindicación histórica. Puso en el centro de uno de los espacios más relevantes de la cultura argentina la obra de un ícono de la cultura popular. Hace más de medio siglo que las canciones de María Elena Walsh están en el inconsciente colectivo de los argentinos.

 

 

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