Citrícolas entrerrianos cuestionaron la «inacción» del Gobierno ante la crisis

Las seis entidades que representan la citricultura entrerriana, tras informar los bajos precios de venta en comparación con los costos de producción y cosecha, propusieron «soluciones»

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En la mañana de este martes en Concordia, la Federación del Citrus de Entre Ríos, la Cámara de Exportadores de Citrus del NEA, la Asociación Citricultores de Concordia, junto a la Asociación Citricultores y Empacadores de Chajarí, la Asociación Citricultores y Empacadores de Federación y de Villa del Rosario, dieron una conferencia de prensa.

En la oportunidad presentaron un documento conjunto dando cuenta de la grave situación en la que se encuentra esta producción con un duro diagnóstico: «La citricultura se muere y no por causas naturales».

Ése es el nombre del informe difundido mediante el cual las organizaciones informan que «el costo de producción y cosecha asciende a 1,50 pesos por kilo, mientras que el precio de venta en el mercado interno es de 0,50 centavos».

«En góndolas la fruta es vendida al consumidor final argentino a pesos 10 el kilo. O sea, al productor le pagan 0,50 lo mismo que el consumidor final compra a 10», señalan. Por ende, «lo que no pudieron las duras heladas ni la grave crisis de 2001, lo está consiguiendo la inacción del Estado Nacional, que no reacciona ante la agonía de un sector del que dependen las familias de más de 2000 productores, de alrededor de 40 mil trabajadores entre empleados directos e indirectos, y de cientos de proveedores de servicios e insumos», denuncian.

En el texto, señalan además las entidades citrícolas que «las gestiones que han impulsado se han revelado ineficaces para lograr del Estado las soluciones que sólo de él dependen».

Sin esquivar la necesidad de una «sincera autocrítica» desde las asociaciones afirman que están llamados «a redoblar los esfuerzos para consolidar la unidad de todos los eslabones de la citricultura y fortalecer el vínculo con nuestras comunidades».

La crisis del sector, asentado en un 80 por ciento en superficies familiares de 20 a 30 hectáreas, también se grafica con la participación en el mercado externo: «En 2008 éramos el primer exportador de mandarinas del hemisferio sur y hoy no existimos: La caída es del 70 por ciento. En naranjas, la disminución es del 90 por ciento», dicen las entidades.

«No es culpa de la crisis internacional. El vecino Uruguay, con una fruta de similar calidad a la nuestra y en el mismo contexto mundial, ha conseguido ingresar en los potentes mercados de Brasil y Estados Unidos. Perú no para de crecer», comparan luego sin dejar de lamentar cómo «el que tiene alma de citricultor se siente morir cuando no le queda otra que tirar fruta de reconocida calidad internacional, porque no le pagan nada por ella en el mercado interno, e intentar venderla al mundo lo hunde en la bancarrota, mientras el Estado Nacional permanece indiferente».

Luego, especifican los elementos de la crisis: «desaparición de la rentabilidad. Se vende a 0,50 lo que cuesta producir y cosechar 1,50; atraso cambiario. Rusia, comprador de nuestras mandarinas, devaluó 92 por ciento en los últimos 12 meses. Europa el 20 por ciento; elevadísimos aranceles de exportación, entre 16 y 23 por ciento. Los competidores lograron arancel cero; imposibilidad de acceder a mercados rentables, como USA y Brasil; inflación en dólares y excesivos costos internos; asfixiante presión tributaria; atraso en el cobro del IVA y los reintegros; sin créditos acordes a los tiempos de la actividad, que permitan la reconversión. Productores de países competidores tienen créditos al 5 por ciento anual. Aquí, si es que se consigue, al 30 por ciento anual; ruptura de la cadena de pagos, concursos de acreedores y quebrantos; carencia de recursos para afrontar la cura de las plantas, con el consiguiente riesgo de que Argentina pierda el estatus de país libre de HLB».

Además, agregan la situación del Senasa un organismo que como autoridad de contralor fitosanitario, «está absolutamente desfinanciado y con graves deficiencias en la operación, perjudicando con sus trabas toda la actividad».

Fuente: elonce.com

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