CANDIDATOS. «Soy muy exigente conmigo misma, ordenada y me gusta planificar»

Último candidato a intendente que entrevistamos en esta búsqueda de conocer la persona detrás del ser político. En El Día nos resulta importante saber qué piensa cada uno de ellos más allá de sus propuestas en caso de ocupar el cargo más importante de la ciudad.
Por María Constanza Fernández Larraburu

Verónica Paola Rubattino, candidata por el Frente para la Victoria, tiene 38 años y es acuariana. Nació el 10 de febrero de 1977 en Victoria, Entre Ríos, donde vivió hasta los 18, edad en que partió a Paraná para iniciar sus estudios profesionales. La Universidad Nacional de Entre Ríos la vio egresar, tiempo después, como licenciada en Trabajo Social.

Su familia de origen está compuesta por su mamá y sus tres hermanos, Juan Pablo, Jessica y Leo. “Mis padres se separaron cuando éramos chicos, por lo que tenemos poco contacto con mi papá y la verdad es que yo valoro mucho la figura de mi madre, que fue la que toda la vida nos sacó adelante. Una mujer muy luchadora que nos enseñó todo y que hoy gracias a ella somos personas de bien, que pudimos estudiar y que trabajamos. Se llama Stella Maris Roldán, es ama de casa y vive en Victoria”.

-¿Cómo fue su infancia?

-El registro más presente que tengo es el de mis amigos del barrio, que era humilde, y la mayoría estudiaba en la escuela pública. Victoria no es muy diferente a Gualeguay en términos de localidades chicas, existía la siesta en la que uno se ponía a andar en bici, en patines, saltaba el elástico o la cuerda. Tengo muchos amigos de la infancia, que aunque hoy no los veo por razones de tiempo, familia o distancia son los mismos de toda la vida; los de la infancia y los de la universidad, que son de gran talla como digo yo, porque sé que siempre están.

-¿A qué escuelas asistió?

-A la Nº 2 “Guillermo Brown”, que queda cerquita de mi casa, y en la secundaria estuve en la Escuela Normal, que es muy parecida a la de acá. La carrera la hice en la Universidad Nacional de Entre Ríos, en la Facultad de Trabajo Social y cuando terminé me fui becada a la UFSC en Brasil, a través del Grupo Montevideo. Estuve un semestre e hice tres disciplinas ahí en Santa Catarina. Eso para mí fue una experiencia de vida enorme, porque fue el desafío no solamente de un idioma, sino de un país distinto.

-¿Qué soñaba ser cuando era chica?

-Siempre tuve una debilidad por la ayuda social. Cuando iba a la primaria me tocó ir con chicas del Hogar y yo iba a jugar ahí, quedaba cerca del hospital y las chicas que iban a mi grado me invitaban. Siempre me desveló el tema de la familia como una construcción o porqué pasaba que mis compañeros no tenían zapatillas para ir a la escuela. Soñaba que cuando fuera grande iba a hacer casas, no lo tenía definido como una carrera pero pensaba qué lindo sería poder construir casas y ayudar a la gente más humilde. Fue una vocación, un mandato, no tiene que ver con la iglesia, tiene que ver con lo que uno mamó desde niña porque yo provengo de orígenes humildes, donde uno sabe lo que implica criar los hijos y mandarlos a la escuela. Eso marcó mi historia personal.

“Ni siquiera recuerdo haber tenido una crisis vocacional —relata—, siempre estuve orientada a las ciencias humanas. En la Facultad tuve mucha inclinación a las materias que tienen que ver con la familia como construcción social y con lo barrial. Creo que la Facultad a mí me salvó, fue un lugar en el mundo y no me olvido cuando un profesor nos dijo que no es lo mismo que nosotros pasemos por la Facultad que la Facultad nos pase a nosotros por adentro. Hay que tener un sentido enorme de vocación de servicio, pero fundamentalmente tener un horizonte de mirar al otro desde una perspectiva de los derechos, de que el otro puede”.

-¿Cómo siguió su vida al regresar de Brasil?

-Estuve trabajando dentro de un equipo técnico en un hogar de menores en conflicto con la ley penal en Victoria, en la parte de tratamiento, acompañamiento y salidas socio familiares. Después estuve como jefa de Tratamiento de estos hogares de menores de Concordia, Victoria y Viale. También fui docente en la UNER del proyecto de extensión Llegar a viejo, capacitando al personal de hogares.

-¿Cómo llega a Gualeguay?

-Por razones temáticas lo conozco a Dardo (Tórtul, su esposo), que en ese momento estaba como juez de Instrucción acá. Nosotros teníamos un caso en común, que era un chico de Gualeguay, porque de hecho yo tenía muchos casos de chicos de acá y venía siempre a la Municipalidad cuando estaba Florencia Costa como directora de Acción Social y hacía algunos acompañamientos de chicos que estaban saliendo. A Dardo lo conozco en el marco de la salida de un menor que era reincidente, vine a presentar con un abogado un plan de acción y empezamos a conocernos.

“Yo ya conocía Gualeguay —señala—, porque Florencia (Costa) estudió conmigo, es una de mis mejores amigas, vivimos mucho tiempo juntas en Paraná y es la que me convence de que venga a trabajar con ella al Municipio, porque yo soy personal de planta permanente de la Provincia. Después estuve como coordinadora del CIC, directora de Acción Social, secretaria de Gobierno y presidenta de Bloque en el Concejo Deliberante”.

-¿Quiénes integran su núcleo familiar?

-Mi esposo Dardo Oscar Tórtul, que trabaja en Tribunales como fiscal coordinador, y cuatro hijos. Más allá de que Luciano y Marcos no sean biológicamente míos los asumí como tal, aún cuando siempre tuve en claro que no soy su mamá y ellos también. Después nacieron Ernestina que tiene seis años y Salvador que tiene tres. Hoy Marcos tiene 17 años y estudia en la Escuela Normal y Luciano tiene 16 y estudia en el Colegio San José, al igual que Ernestina.

A modo de cuestionario

-Un líder político: Juan Domingo Perón.

-Un líder social: el Papa Francisco. “Me regalaron el libro Laudato Sí y lo vengo siguiendo. Al principio pensé si sería de fondo o de forma lo que plantea, pero hoy que lo leo y lo veo en las prácticas me asombra y es la parte que me reconcilia con la Iglesia. Si bien hice catequesis, tomé la comunión e iba a la iglesia que estaba en el hospital de Victoria, la Universidad puso como en tensión algunos conceptos religiosos. Después la vida me vuelve a reconciliar por varias razones, una de ellas encontrar un referente como Francisco”.

-Un país: Argentina.

-Un prócer: San Martín.

-Un ciudadano de Gualeguay: “Los hombres y mujeres que se levantan todos los días a trabajar y se quieren superar, que luchan y hacen una vida sencilla”.

-Una causa: la igualdad de oportunidades.

-Un lema: unidos y organizados.

-Una frase: Que el hombre sepa que el hombre puede. “Me encanta, porque me parece un buen disparador para muchas cosas”.

-Un sueño: “Que mis hijos sean buena gente, que puedan realizarse y que sean felices”.

-Esperanza de: un mundo más inclusivo y con más oportunidades. “Que la gente que no tiene recursos tenga la posibilidad de superarse, de tener ascenso social, de tener un mejor país. Son las utopías que lo hacen a uno seguir caminando. También deseo mucho que la ciencia avance en materia de genética”.

-Una meta: envejecer con dignidad. “Sabiendo lo que pasa, tal vez sea un miedo, pero me gustaría envejecer bien”.

-Un acierto: la carrera que estudié. “También transitar la política de la manera en que lo estoy haciendo”.

-Un error: idealizar. “Muchas veces idealizo a las personas y a las situaciones y cuando se me cae el velo me produce mucho sufrimiento, decepciones más que nada”.

-Una virtud: ser frontal. “También puede ser un defecto”.

-Un defecto: un montón. “Me enojo cuando las cosas no salen como quiero, soy muy exigente con mis hijos por el miedo de que sufran, eso no me gusta y me genera culpa. Además tratar de que esté todo ordenado y esa omnipotencia hace que te sacudan situaciones que no dependen de uno y te hacen sentir chiquito. Nadie en el mundo va a ver si limpio mi casa o soy más ordenada, pero la diferencia se va a notar si uno trata de estar mejor y más relajado. No se puede vivir al ritmo que nosotros vivimos y es algo que estoy trabajando”.

-El día más feliz: el nacimiento de mis hijos y cuando me recibí. “Terminé cuando el país se prendía fuego, muchos compañeros que eran excelentes tuvieron que dejar la Facu y sigo soñando que me falta recibirme, porque fue tanta la lucha y la adversidad, no había para comer, nos manejábamos a dedo y los federales no alcanzaban. Eso fue liberarme. Otro gran orgullo es que Marcos, el hermano mayor, es el padrino de Salvador, su hermano menor y se quieren mucho”.

-El más triste: muchos. “Los primeros años en mi matrimonio fueron duros, me tocó acompañar a dos niños a los que les faltaba su mamá. Los Día de la Madre cuando tenía que acompañarlos al cementerio para mí fueron tristísimos. Otro momento triste fue cuando supe el diagnóstico de Salvi, que me dijeron que tenía autismo. No porque lo cargue en él, pero una ve que el mundo está tan adverso, tan difícil, que es inevitable preguntarse qué va a hacer cuando nosotros no estemos. Es una enfermedad crónica que lo va a acompañar toda su vida y ahora estamos en la lucha de suavizar esos rasgos, de achicar la brecha del lugar donde está y de donde debería estar”.

-Un objeto del que no pueda prescindir: el mate. “Me encanta, a todos lados donde voy lo pido. Al teléfono no le doy importancia, no me marca la agenda”.

-Una comida: pizza. “Bien chatita, quemadita y con mucho queso. La verdad es que me encantan las harinas, la galleta, el pan”.

-Un pasatiempo: ninguno. “Me gusta los fines de semana estar en casa, limpiar, ordenar ropa, eso es mi cable a tierra. Me gusta que los cuartos estén limpios y que todo esté ordenado, pero ¡es horrible vivir así!”.

-Un destino turístico: Porto Galinhas, Brasil. “Ahí practican buceo y me gustaría conocer. También el sur argentino”.

-Un lugar para vivir: su casa. “Es mi lugar en el mundo y donde más me gusta estar”.

-Un momento del día: la noche. “Cuando me acuesto con mis hijos en la cama grande”.

-¿A qué hora empieza la jornada y a qué hora termina?: “Me levanto a las seis y me duermo cerca de las doce de la noche, si puedo duermo con Salvador una siestita. Cuando llego a mi casa a comer él me está esperando, lo saco a pasear, pasamos por Siete Colinas y toma su helado de frutilla, se duerme, me acuesto un ratito con él y al ratito ya me levanto. Todas las noches los baño a los dos, me gusta ponerles ropa limpia y clara y acostarlos. Los más grandes ya tienen su vida, están re independientes y se organizan”.

-¿Cómo se lleva con la tecnología?: más o menos. “La utilizo para sacar turnos médicos. Tengo un solo teléfono con un solo número que lo tiene todo el pueblo de Gualeguay, generalmente está en silencio y sólo miro los mensajes de texto. Es re útil, nosotros con muchos profesionales que atienden a Salvador nos manejamos vía Skype, pero si esto te supera estás frito”.

-¿Usa Facebook y Twitter? ¿Cuántos amigos y seguidores tiene?: “En Facebook tengo una página, pero no la miro mucho y ni idea cuántos seguidores tengo. Twitter no uso”.

-¿Qué hace un domingo?: “Me levanto cuando se despiertan los chicos. Tratamos de quedarnos en la cama, Dardo todos los días prepara el mate, le hago la leche a los nenes y después comemos asado en casa, lo hace él y ahora les está enseñando a Luciano y Marcos. Comemos tarde y siempre cae algún amigo, en casa no tomamos alcohol, después dormimos una siesta y damos una vuelta por el Parque. A veces si está lindo nos vamos a Victoria”.

-¿Mira televisión?: muy poco. “Me gusta TVR los sábados y alguna película, pero casi nada”.

-¿Escucha radio?: sí. “Me gusta FM Vida de Rosario, Víctor Hugo y a la mañana en Desarrollo lo escuchamos a Jorge (Barroetaveña), aunque también trato de frenar porque te distraés en el trabajo.

-¿Lee diarios?: sí. “El único que leo es El Día de Gualeguay los lunes y durantela semana algunos nacionales, siempre en papel. Los domingos en casa no se leen diarios, están prohibidos, si Dardo lo compra lo esconde, porque tratamos de preservar ese momento para la familia”.

-Un libro: La resistencia, de Ernesto Sábato, y El Principito. “Al primero me lo regalaron en un momento muy difícil de mi vida. El segundo me gusta porque es como que uno vuelve a ser chico y te va mostrando la vida del adulto, que a veces se vuelve tan estúpido y que por ir detrás de tantas búsquedas enardecidas pierde lo más cotidiano”.

-Un escritor: Eduardo Galeano. “También Arturo Jauretche, un gran pensador”.

-Una película: Cinema Paradiso y La vida es bella. “Son las dos muy fuertes, muy lindas y me han hecho llorar”.

-Un género musical: muchos. “Me encanta la música, es un cable a tierra. Es mi terapia por excelencia y me gusta comprar CDS, no grabarla en pen drive. Escucho mucho rock nacional, soy más ricotera que de los Soda Stereo, y por Salvador estamos escuchando Mozart. También música brasilera como Rita Lee, Marisa Monte y Gilberto Gil y a nivel nacional León Gieco, Mercedes Sosa, Baglietto, Vitale, Fandermole. Me gusta todo lo que sea música”.

-¿Disfruta de su trabajo?: sí. “Disfruto de la gente, lo hago con gusto, aunque a veces sufro. Trato de no cargarme tanto, pero me encanta”.

-¿Cómo se define?: “A veces me hago demasiado problema, soy muy exigente conmigo misma, ordenada, me gusta planificar, detesto vivir improvisando. Me considero honesta, responsable y elijo trabajar vertical pero fundamentalmente horizontalmente, con equipos de trabajo, me apoyo mucho en la gente y no podría hacer nada si no trabajara en grupos. Me gusta compartir, pero soy bastante restringida con mi vida personal, me gusta estar en mi casa”.

ruba2

Comentarios