Marcha y escrache en Gualeguaychú al juez que dejó en libertad a Wagner

Alrededor de las 19, un importante grupo de manifestantes llegó a la esquina de 25 de Mayo y Rocamora. La columna, que ocupó una cuadra, comenzó a caminar pacíficamente y en silencio por el centro de la ciudad, dirigiéndose hacia los Tribunales.

Allí, donde esperaba otro grupo de personas, comenzaron a sentirse los primeros aplausos para pedir la aparición con vida de Micaela García.

En la puerta de los Tribunales, y luego de pedir “justicia por Micaela”, que “Rossi de la cara” y otras consignas como “viva la queremos”, un grupo de manifestantes decidió dirigirse hacia la casa del juez de Ejecución de Penas de Gualeguaychú, Carlos Rossi, quien resolvió la libertad condicional de Wagner tras haber cumplido dos tercios de su pena (como estipula la ley).

Mientras que otro grupo, entre los que estaban los organizadores de la marcha y las compañeras de facultad de Micaela, optó por quedarse en la Catedral y dar vueltas pacíficamente a la plaza San Martín.

Cerca de cien personas llegaron a la intersección de Magnasco y Jujuy, donde está la casa particular del magistrado, para realizar un “escrache pacífico”: Hubo cantos, aplausos, pedido de justicia y la propuesta de una nueva marcha para mañana a las 20.

Rossi, que quedó en el centro de la opinión pública, segundos antes de la llegada de los manifestantes a su domicilio, abandonó el lugar junto a una de sus hijas en su automóvil particular. Un operativo policial, del que formó parte también el fiscal Sergio Rondoni Caffa, coordinó los movimientos del magistrado y custodió su vivienda, en la que, obviamente, no se encontraba al momento del escrache.

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